“Why do birds suddenly appear, everytime you are near. Just like me, they long to be, close to you…”, cantaba el dúo de hermanos Carpenters en los 70 para dar a conocer su exitoso segundo álbum: Close to you, donde la canción, con el mismo nombre, refleja metafóricamente a través de los pájaros las ganas de estar cerca de alguien. Y es justamente esta idea de felicidad la que respalda un reciente estudio de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, del Fondo Británico de Ornitología y de la Universidad de Queensland, Australia, quienes afirman que observar y escuchar pájaros genera sensaciones positivas como relajo mental y equilibrio emocional. A tal punto, que las personas que viven en vecindarios con más arboles y aves son menos propensas a sufrir depresión, ansiedad y estrés.
Y es por lo anterior que en Reino Unido los jóvenes entre 16 y 32 años están muy enganchados con esta actividad y es normal verlos, al alba o al atardecer, con cámara en mano observando aves.En Chile esta movida no se queda atrás. En los últimos años han aumentado considerablemente los adeptos. “A nivel nacional calculamos que hay unos 50 mil observadores activos y el interés va de la mano con la conciencia ambiental que están teniendo las personas. Nosotros tenemos un lema: no se puede proteger lo que no se conoce, por lo tanto, salir a observar aves, conocerlas y disfrutar tiene que ver con las ganas de cuidar el planeta y con una actitud respetuosa”, afirman de Aves Chile (Unión de Ornitólogos de Chile).
En paralelo, la oferta de panoramas para todas las edades también ha ido creciendo: festivales temáticos, salidas de iniciación por parques como el cerro San Cristóbal, que organiza la Red de Observadores de Aves (ROC), además de espacios para la conservación de pájaros -donde a través de la instalación de cajas nido por parte del Instituto de Ecología y Biodiversidad y la Municipalidad de Providencia- se logra la anidación segura para aves que habitan la ciudad. Y como la tecnología no se queda atrás, hoy también es posible encontrar varias apps que permiten identificar especies y nuestro querido Netflix acaba de lanzar el documental Pajarólogos.
Posicionar a Chile
La observación de aves juega un rol transcendental y creciente en la industria del turismo, que genera beneficios económicos para los países y sus comunidades. Es una actividad que se puede realizar en cualquier momento del año, incluso en un día lluvioso. Aunque la primavera y el otoño son las estaciones ideales, ya que coinciden con la migración de las aves. “Chile, en Latinoamérica, no lidera en este tipo de turismo por un tema solo de números. Nuestro país tiene alrededor de 500 especies, que si las comparas con las 1.500 que tiene Bolivia es difícil de igualar, entonces un gringo va a preferir ver en un día 50 aves en el Amazonas, que tener que recorrer Chile entero para ver la misma cantidad. Lo que creo que tiene que ocurrir, es que se genere una estrategia de turismo en unión con Argentina, y así poder traer a nuestro país a los viajeros que van allá a observar aves, un tour en conjunto”, afirma Fernando Claro, economista de la Fundación para el Progreso, quien desde muy chico observa y fotografía aves. Y agrega, “para Costa Rica y Colombia el turismo ornitológico es clave en su economía, es una industria que mueve millones de dólares al año. Acá en Chile debemos usar la tecnología a nuestro favor, porque hoy desde mi celular puedo subir la foto de un ave y en minutos miles de personas, que andan detrás de ella, toman un avión y vienen a hacer el check en su lista de aves pendientes. Esto se llama ciencia ciudadana y es clave para hacer mover la industria”.
Ministros birdwatcher
– Consuelo Valdés, ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio
“Todo comenzó con el tricahue. El año 2003, la Municipalidad de La Serena me pidió implementar un circuito educativo en la Quebrada de Santa Gracia, que tiene una flora y fauna bien especial, por lo que junto a un profesor de biología empezamos a armar el libreto. Ahí me di cuenta de que para eso necesitaba saber cuáles eran esos pájaros que nos sobrevolaban durante el recorrido, porque hasta ese momento yo no conocía los loros nativos chilenos llamados tricahue. En ese momento decidí tomar un curso de iniciación de la ornitología y me apasioné. En adelante seguí estudiando, yendo a terreno y, sobre todo, aprendiendo de la gente que sabe más sobre sus conductas, el plumaje, el cortejo, las vocalizaciones -que son una maravilla- y mucho más. Y la razón es simple, la observación de aves me hace sentir libre. Siento, además, una profunda admiración por su capacidad de adaptarse a distintos ambientes y de poblar casi todo el planeta, y su capacidad de volar y mirar el mundo desde arriba, desde una perspectiva a la que nosotros no tenemos acceso”.
– Andrés Couve, ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación
“Desde muy chico sentí una gran atracción por el paisaje chileno, por la flora, por la fauna y, en particular, siempre me atrajeron mucho las aves chilenas. Tuve guías de aves, salía a identificar y me aprendía los nombres científicos, que recuerdo hasta el día de hoy. Después empecé a prestar más atención y a coleccionar unas notas que salían en el diario que se llamaban “Cosas de mirar”, unos pequeños insertos que escribían Thomas Daskam y Jürgen Rottmann.
Daskam fue un artista y fotógrafo que se dedicó a la fotografía de fauna chilena y Rottmann era un especialista en aves que seguí durante mucho tiempo. Un día conocí a Jürgen Rottmann y me firmó el libro de las aves chilenas. Todavía lo tengo guardado. De ahí en adelante he coleccionado prácticamente todo lo que se ha publicado de pájaros chilenos.
Enrique Couve -que vive en Punta Arenas- es autor de las mejores guías de aves chilenas, por lo que este interés por la observación está muy arraigado en mi familia”.
Fuente: latercera.com
Autor: María José Salas
Fotos: Fernando Claro.